UNICORNIOS
Dueños originales de las Islas, aquellos que las habitan desde el comienzo, verdaderos propietarios del legado que las mismas ofrecen.
Divididos en cuatro subespecies, los unicornios plagaban en tiempos remotos, cada porción de tierra y aire. Abarcaba su territorio las interminables praderas de altos pastos verdes, las colosales montañas de la cordillera, y el mismo cielo.
Podrás encontrar Terrestres, aquellos dotados con la capacidad de correr tan rápido como ninguno, amantes de las planicies y sabanas, praderas y desiertos, los Terrestres son la especie más cuantiosa. Los elfos les llamaron: hijos del viento.
Montaraces, apodados por los elfos, hijos de la roca. Aquellos de ciclópeo físico, fuertes cascos y dos cuernos. Dotados de todo lo necesario para sobrevivir en los terrenos más hostiles de las islas: las montañas de la inmensa Cordillera Güaisha.
Emperadores, los primeros en existir, los originales y hacedores de las demás especies. Aquellos únicos que poseen el grácil color blanco, las espaciosas alas de largas plumas, que los hacen reyes del cielo.
Y los Salvajes, aquellos que solo representan una mutación de los Emperadores, cuando los mismos toman contacto con la mala energía del mundo: la magia negra. Nunca antes el negro había sido visto en los colores de un unicornio, hasta la aparición de los Salvajes, cuyas alas son fuertes, largas y membranosas, tal como las de los murciélagos.
Al comienzo de la primera guerra que se desató en las Islas Güaishas, donde elfos y unicornios se enfrentaron a la raza de los dragones, la alianza llevó a la fundación de los “Caballeros”. Nunca antes un unicornio había sido montado, y nunca antes un elfo había montado sobre algo. Pero el pacto de alianza entre estas dos razas, formó tal efectiva unidad de guerra. Denominados Caballeros Blancos, a aquellos formados por un elfo y un unicornio Emperador; y Caballeros de Hierro, a aquellos formados por un elfo y un unicornio Terrestre o Montaraz.
